Cuando Norman Loeb, científico jefe de NASA anunció que la Tierra está perdiendo reflectividad y, peor aún, que el proceso no es homogéneo, la comunidad climática quedó boquiabierta.
El hallazgo se publicó el lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences y se basa en datos de satélite recogidos entre 2001 y 2024. En concreto, el estudio detectó que el albedo terrestre ha disminuido de forma más marcada en el hemisferio norte que en el sur, rompiendo una simetría que se había asumido como estable durante décadas.
Contexto y antecedentes
El Langley Research Center, situado en Hampton, Virginia, ha sido una de las instalaciones de NASA más activas en la observación del balance radiativo del planeta. Desde finales de los años noventa, el programa CERES (Clouds and the Earth's Radiant Energy System) ha proporcionado mediciones precisas del flujo de energía entrante y saliente.
Hasta ahora, la literatura asumía que, aunque el albedo global fluctuaba ligeramente, ambos hemisferios compartían la carga de manera equilibrada, gracias a las corrientes oceánicas y atmosféricas que transportan energía del sur al norte.
Detalles del estudio y hallazgos
El equipo de Loeb analizó los 25 años de datos de CERES y encontró una divergencia de 0,34 vatios por metro cuadrado por década entre los hemisferios. En términos simples, la atmósfera del norte está absorbiendo menos luz solar que antes, mientras que la del sur sigue ganando energía, aunque en menor medida.
“CERES ha abierto una nueva ventana de investigación que antes nos estaba cerrada”, explicó Loeb en una entrevista. “Teníamos mediciones fragmentarias del presupuesto radiativo, pero ahora contamos con datos de alta resolución que nos permiten ver la simetría… o su ausencia”.
Los autores atribuyen el oscurecimiento del norte a tres factores principales:
- Reducción de la cubierta de nubes de alta altitud, que actúan como espejo.
- Aumento de vapor de agua en la troposfera, que absorbe más radiación.
- Disminución del albedo superficial, particularmente en regiones boreales donde la nieve y el hielo se están retirando.
En contraste, el hemisferio sur mantiene una mayor cobertura de nubes y su superficie está menos alterada, lo que explica la menor pérdida de reflectividad.

Reacciones de la comunidad científica
El descubrimiento ha generado debates intensos en foros como la American Geophysical Union. La climatóloga Ana Martínez, del Instituto de Estudios del Clima de Madrid, señaló que “este hallazgo nos obliga a replantear los modelos de transporte interhemisférico”.
Por otro lado, algunos críticos advierten que la diferencia, aunque estadísticamente significativa, es pequeña comparada con la energía total que recibe la Tierra (≈240‑243 W/m²). Sin embargo, la mayoría coincide en que cualquier tendencia sostenida en el albedo afecta directamente la velocidad del calentamiento global.
Implicaciones climáticas
Un albedo más bajo implica que más energía solar se queda atrapada en el planeta, intensificando el efecto invernadero. La asimetría también podría desencadenar cambios en los patrones de precipitación: “si el norte absorbe menos luz, podríamos observar sequías más frecuentes en latitudes medias y tormentas más intensas en el sur”, advierte el modelo climático del NOAA.
Además, la disminución de nieve y hielo en el Ártico reduce la retroalimentación positiva conocida como “efecto albedo”. Cada gramo de hielo perdido equivale a una mayor absorción de luz, creando un círculo vicioso.

Próximos pasos y monitoreo
El equipo de Loeb planea continuar el seguimiento con CERES y complementar los datos con nuevos modelos de alta resolución que incluyan interacciones nube‑vapor‑superficie.
“Estamos ‘deshaciendo el huevo’, como lo llamé en la publicación”, comentó Loeb. “Queremos saber si la simetría volverá o si este es el nuevo estado normal del balance energético terrestre”.
Preguntas frecuentes
¿Cómo afecta este oscurecimiento al clima de Europa?
El descenso del albedo en el hemisferio norte implica que Europa recibirá más energía neta, lo que podría intensificar olas de calor en verano y alterar los patrones de precipitación, con más eventos de sequía en la cuenca del Mediterráneo.
¿Qué causa principal se ha identificado para la pérdida de nieve en el Ártico?
El estudio señala que el aumento de vapor de agua y la reducción de nubes altas dificultan que la radiación solar se refleje, acelerando el derretimiento de la cubierta de nieve y hielo.
¿Cuánto ha variado el albedo global en los últimos veinte años?
Según los datos de CERES, el albedo medio ha disminuido alrededor de 0,02 unidades, una cifra pequeña pero significativa dentro del balance energético del planeta.
¿Qué acciones propone el estudio para mitigar la asimetría?
Principalmente, reforzar la observación satelital y mejorar los modelos climáticos que incluyan procesos de nube‑vapor‑superficie, además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que aceleran la pérdida de hielo.
¿Cuándo se espera publicar los próximos resultados del seguimiento?
El equipo de NASA planea presentar nuevos hallazgos en la Conferencia de la Unión Europea de Meteorología a finales de 2026.